domingo, 12 de junio de 2011

Primer ascenso al Pinacate

Y así, después de que se le cerrara a Kino el camino del río San Pedro para encontrar una comunicación por tierra a California, decidió encontrar otra ruta, aunque atravesara el desierto sonorense. En cuanto recibió la orden del Visitador Pólici para organizar una nueva expedición, Kino reunió lo necesario y el 22 de septiembre de 1898 partía de Dolores. Lo acompañaban, además del Capitán Diego Carrasco, que había suplido a Manje, el gobernador de Dolores, siete sirvientes y veinticinco cabalgaduras, aunque cinco días antes de partir envió cuarenta cabalgaduras de remuda a que lo esperaran en Bac y otras veinte adicionales a esperarlo en Caborca para el viaje de vuelta, lo que nos dice que programó de antemano pasar de regreso por allí.

Ruta de la expedicion de Octubre de 1898. Obviamente, la frontera no existía aún

Inició por la ruta habitual de San Lázaro, Tumacácori y Tucsón, siguiendo pendiente arriba por el río Santa Cruz. En San Lázaro ordenó que se construyera una iglesia y en Bacoancos (actual poblado El Centauro de la Frontera en el Municipio de Nogales) fue nombrado un nuevo gobernador indígena a quien se le hizo una fiesta. Al llegar a San Xavier del Bac cambiaron a la remuda que los esperaba y continuaron su expedición pasando a un lado de Casa Grande y por San Andrés (ya en inmediaciones del actual Phoenix), de donde en el viaje anterior se habían regresado. Intentaban seguir, pero Kino volvió a enfermar “por medio de un tan poderoso calenturón que a las cinco leguas de camino me obligó a parar debajo de unos álamos… y a la tarde con mucha dificultad hube de volver a San Andrés.” Era el mal que le había aquejado a mediados de ese año y nuevamente se manifestaba.

Esperó la recuperación, y el 2 de octubre reanudaron la marcha. Cambiando de rumbo, se alejaron del río Gila y adentraron hacia el sur, a la desértica llanura que cubre esa región. Pasaron por varias aldeas indígenas hasta que llegaron a Sonoita (en la actual frontera entre México y Estados Unidos), de donde continuaron por el río del mismo nombre, que entonces llevaba agua, y poco más adelante arribaron a Quitovaquita, lugar que Kino bautizó como San Sergio. 

Allí dejaron las monturas y, siguiendo a los guías indígenas de Sonoita, atravesaron el tramo más inhóspito del viaje hacia la costa, una región cuya aridez ha causado innumerables muertes desde tiempos inmemoriales, hasta que llegaron a un lugar en la falda de la Sierra del Pinacate que el misionero bautizó como Santa Brígida, habiendo recorrido “dieciocho leguas de muy buen camino con bastante agua que corría, zacate carrizado y tulares.” Quien conozca esa región tan desolada, deberá reconocer que nuestro misionero tenía o una imaginación muy fértil o intentaba promover esa ruta como puente terrestre con California, dejando de lado lo árido de la misma.

En Santa Brígida, los indios les dijeron que la costa se encontraba cerca y que más allá, en la ribera del río Colorado, había tribus que sembraban calabazas, maíz, frijol  y algodón. Y aunque Kino quería ir a verlos, sus acompañantes se negaron porque no llevaban remudas. Como alternativa, Kino decidió ascender el volcán del Pinacate, siete leguas (28 Km) de recorrido y más de mil metros verticales hasta la cima. Desde allí, lograron ver el desierto a sus pies y más allá el azul del mar; un indígena, señalando a lo lejos, le dijo al misionero algo que éste ni siquiera sospechaba: “el fiscal nos enseñó a donde el Río Colorado se junta con el Río grande, que es como un día de camino, antes que entrambos juntos entrasen la mar de la California.” Ese dato, pensaría Kino, debía recordarlo cuando dibujara otros mapas de la costa, ya que hasta entonces los había plasmado desembocando cada uno por su lado. La única desilusión que tuvieron fue que aunque pensaban ver California, la bruma del día no lo permitió (en seguida muestro el video de un ascenso que realicé al Pinacate).  



Bajaron los exploradores del volcán de regreso, aunque cambiaron el rumbo ahora rumbo a Caborca, en donde los esperaba la remuda y de allí, el resto de su viaje a Dolores fue por terreno ya conocido, subiendo por el río Altar hasta Tubutama para después pasar por Magdalena y llegar a Dolores. Habían recorrido aproximadamente mil trescientos kilómetros a caballo en 25 días.

Apenas acababa Kino de regresar a Dolores, cuando nuevamente montó la cabalgadura para dirigirse a San Juan (cerca de Cumpas), a entrevistarse con el Gral. Jironza y pedirle que nuevamente le enviara de asistente a su sobrino, Juan Matheo Manje,  como testigo de los descubrimientos que planeaba hacer en sus próximos viajes.

3 comentarios:

  1. No fue fácil la conquista de la alta California. Eran tierras inóspitas y áridas, difíciles incluso para sus nativos así que imaginemos cómo eran para estos aventureros.

    Mientras en Europa la monarquía de Carlos II hacía aguas tras el Tratado de Riswijk de 1697, en las Indias la expansión hacia nuevas tierras eran imparable.

    Un saludo.

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  2. Bonitas imágenes de esas duras tierras que seguro lo fueron más, y peligrosas, en tiempos de Kino, donde la logística no era tan avanzada.

    Saludos cordiales.

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  3. Tucsón con acento, ¡muy bien escribo!. Lo digo porque en la wikipedia es español lo quieren eliminar a favor de la versión sin tilde de uso en inglés. La inglesa si dice que lleva acento en la o en español. Es una lástima que por la ignorancia de algunos desaparezcan topónimos hispanos que utilizan quizás millones de personas, pues Tucsón ya no es un pueblo.

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