domingo, 15 de mayo de 2011

Entre los Sobaipuris

Obedeciendo al Padre Visitador Horacio Pólici, el 10 de diciembre de 1696 partía Kino rumbo al Norte a iniciar la labor cristianizadora entre los indígenas Sobaipuris, que eran los habitantes de las márgenes del río San Pedro y del Santa Cruz en el sur del actual Estado de Arizona y norte de Sonora. De acuerdo con Manje: “el mayor número de la nación Pima, Soba y Sobaipuris, que aunque en distintas regiones y facciones es una misma y general, el idioma que hablan con poca diferencia de cual y cual verbo y nombre, y solo faltaban que ver, los que llaman y viven al Noroeste, Papabotas de la misma lengua…” es decir, todos de lengua Pima, y como comprenderás, estimado lector, los Papabotas eran los actuales Pápagos, pero ese es otro tema.

En Quiburi (un poco más al norte de Fairbank, Az), Kino hizo labor misional y después regresó a su misión de Dolores. Apenas había llegado cuando partió en otra expedición, ahora a visitar a los nativos que vivían en las cercanías del actual Nogales, sobre el río Santa Cruz. A su paso por San Luis Bacoancos (actual poblado Centauro de la Frontera) a la sombra de los Picachos de Santa Bárbara, dejó 60 reses para iniciar un rancho ganadero; continuó su camino y pasó por Tumacácori para llegar hasta San Xavier del Bac, desde donde regresó a su misión.

Para marzo partía en otra expedición con la meta de consolidar las dos entradas anteriores. Llevaba a Quiburi “un poco de ganado mayor y una manadilla de yeguas para principio de una estanzuela,” y el 17 de abril salía en una cuarta expedición, acompañando al Padre Pedro Ruiz de Contreras, a quien dejó a cargo de las misiones de Cocóspera y Suamca (actual Santa Cruz).

Sin embargo, en mayo de 1697 se supo en Sonora que el Virrey ordenaba que Kino fuera enviado a trabajar con el Padre Salvatierra a Baja California. Así se inició una pugna entre el gobierno virreinal, que quería enviarlo a la California, y Pólici que intentaba que siguiera la tarea entre los Sobaipuris. Para resolverla, Kino le escribió en junio una carta al General de la Orden Jesuita, proponiéndole que lo destinaran la mitad del tiempo a Sonora y la otra mitad a Baja California. Al conocer la orden virreinal, los influyentes de Sonora, el Visitador Horacio Pólici, el Gral. Domingo Jironza y otros iniciaron una campaña para lograr que Kino se quedara aquí. Y no tardó en llegar la contraorden: “el señor virrey me ha pedido que yo deje a vuestra reverencia con sus queridos pimas, y así cuídelos porque en otras partes se teme un alzamiento general…” orden que alcanzó a Kino cuando ya iba camino al Yaqui a acompañar a Salvatierra, y se devolvió.

La principal razón que tenían los superiores misioneros para que se continuara la penetración entre los Sobaipuris, radicaba en que habían notado que éstos acostumbraban por entonces montar caballos, y la duda surgió de cómo los habrían conseguido, ya que el caballo no había sido un animal de transporte en la América prehispana. O bien estaban confederados con los Apaches (jocomes, xanos, etc), que ya habían iniciado los asaltos que los harían famosos posteriormente, o los habían robado a los ranchos españoles.  La verdad, que era distinta, se sabría después.

Para entonces, las actividades de Kino habían logrado abrir la región de los indios Sobaipuris a la colonización europea y sólo faltaba conseguir misioneros. Con ese fin, Kino concertó que los indígenas de la región se reunieran en Dolores terminando septiembre de 1697 para ir a Bacerac a visitar al Padre Pólici. “En el real de San Juan, en Oposura y Guasavas; por donde pasamos, nos hicieron todo agasajo, así los señores seglares como los padres. En 6 de octubre, día de Nuestra Señora del Rosario, llegamos a Santa María de Bazeraca” Era la misión del Padre Horacio Pólici y la fecha de la partida de Salvatierra a su aventura califórnica.

En Bacerac, según nos cuenta Kino:  “su Reverencia, con varios exámenes, aun ocultos, que hizo y mandó hacer, quedó tan satisfecho de la gran lealtad de estos pimas, que escribió una muy fina carta al señor gobernador de las armas [Domingo Jironza], para que se fomentase la Pimería y se procurase conseguirle los padres que necesitaba y merecía, que con eso se conseguiría la quietud de la provincia y que se quitarían los enemigos jocomes y xanos etc., los cuales se retirarían al oriente.” Así, se iniciaba la conversión de los Sobaipuris no únicamente en Cristianos sino también en vigilantes contra las actividades Apaches.


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