Y así, a pesar de que los colonos pudieron cruzar California, no lograron encontrar un puerto que sirviera de refugio para la Nao de China. Pero eso no era todo: la sequía generalizada en todo el noroeste de Nueva España había hecho estragos en las siembras y ganados. El escorbuto se extendía entre los colonos californios, matando a algunos, paralizando a otros y dejando a la mayoría enfermos. Todo eso preocupó al gobierno novohispano sobre la viabilidad de mantener a San Bruno.
Para tratar de resolver el problema, El Gral. Isidro Atondo convocó a una reunión entre los dirigentes de la colonia, solicitándoles un informe individual por escrito sobre las opciones a futuro. Y aunque los misioneros se inclinaron por conservar San Bruno, Atondo decidió que, al menos por el momento, los enfermos fueran llevados a Sonora a recuperarse y que San Bruno fuese desmantelado para esperar tiempos mejores, y el resto del material fuese llevado a Chacala, Nayarit.
San Bruno a Chacala |
Kino y un grupo de soldados navegaron rumbo al noroeste, y poco después regresaban a Sonora, anclando el día 19 en la actual Bahía Kino, la que exploraron y llamaron Bahía de San Juan Bautista. Mientras, se exploraba la Isla del Tiburón, a la que llamaron Punta Tiburones porque pensaron que Tiburón formaba una bahía con tierra firme, debido a lo angosto del Canal del Infiernillo, del que no se dieron cuenta que existía. Kino y acompañantes exploraron después el estero, remontándolo, donde los indígenas les dijeron que el río de Sonora desembocaba allí cuando había crecidas. Finalmente, después de unos 50 días de espera bajo el abrigo del actual Cerro de San Nicolás, lograron zarpar para dirigirse al Yaqui, a donde llegaron el 12 de agosto.
Kino y su exploración del actual Bahia Kino |
Mientras Kino hacía ésto, Atondo y Goñi se dieron a la tarea de recoger perlas en California, planeando que con su producto se pudiera sostener la colonia californiana. Sin embargo, según le confesaría Goñi al Obispo de Guadalajara, todas las perlas que lograron reunir después de semanas de búsqueda apenas llegaron a los 100 pesos, y no recogieron más porque no había.
Kino acudiría después con el Obispo de Guadalajara, Juan Garabito, abogando por la empresa califórnica, y aunque el Virrey emitió una orden de que se conservara San Bruno, ésta fue rebasada por la noticia de que los piratas amenazaban a la Nao de China desde Bahía La Navidad. Atondo, acompañado de Kino, se dirigió entonces a buscarla para protegerla, y el 2 de diciembre llegaban acompañándola al puerto de Chacala, Nayarit, de donde fueron a Acapulco. Después irían Kino y Atondo a la Cd de México, en donde continuaron abogando por la causa californiana. Sin embargo, otros sucesos vinieron a dar definitivamente al traste con ese proyecto: una indemnización a Francia y contener un levantamiento en la Tarahumara.
Este nuevo traspié no logró, sin embargo, que Kino fuera disuadido de su labor misional. El recuerdo de su experiencia entre los Seris del actual Bahía Kino le inspiró a pedir ser asignado al actual Sonora, para “después, desde acá, poder proseguir con la conquista y conversión de la California.”
El 20 de noviembre de 1686 partía finalmente Kino de la Ciudad de México. Pasó por Guadalajara, en donde consiguió de la Audiencia la exención del trabajo indígena por veinte años en las minas o haciendas, y ya en Sonora pasó por los Frailes, actual Alamos, el 13 de febrero de 1687, y dos días después por Conicari. Después llegaría a Oposura, actual Moctezuma, a conferenciar con el padre Manuel González, Visitador de Sonora, en donde estaba también el padre José Aguilar, de Cucurpe, la misión más norteña hasta entonces, quien había ido a Moctezuma a solicitar otro misionero para “entrar algo más adelante a buscar y hallar puesto a donde se hiciese otro pueblo,” y a esa región destinó González a Kino.
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