Kino llegaría a Cucurpe, la misión más norteña existente en aquel momento, y que se encontraba aún en la Opatería, el día 13 de marzo de 1687. El Padre José Aguilar era su misionero allí como de sus visitas, Opodepe y Tuape.
Ese mismo día, acompañado de Aguilar y Manuel González, Visitador Jesuita de Sonora, continuaba por el mismo río San Miguel rumbo al norte, y unos 20 Km más adelante visitaba por primera vez la que sería su futura base de operaciones, la aldea indígena de Bamotze o Cosari. Ese era un lugar ideal para establecer un asentamiento. Un enorme peñasco angosta al río y forma en su parte alta una meseta de alrededor de 100 metros de altura para construir las casas de la misión; además, el angostamiento deja tanto hacia el Norte como al Sur anchos valles regados por el río y aptos para la agricultura. Kino traía la recomendación de darle a su primera misión el nombre de Dolores, según él mismo nos informa: “Por el noble cuadro de Nuestra Señora de los Dolores que hace unos meses, en mayo, con muy cristiana piedad me regaló el excelente pintor Juan Correa, nombramos patrona de este lugar a Nuestra Señora de los Dolores.”
Aqui se puede ver una imagen de Dolores actual.
Un día después, mientras que González regresaba a Oposura (hoy Moctezuma), Kino y Aguilar salían de Dolores, ahora rumbo al Oeste. Remontaron la sierra del Torreón y después de recorrer unos 40 kilómetros llegaron a la aldea indígena de Cabórica, ya sobre el río Asunción, a la que por orden del Visitador le pusieron San Ignacio.
Aqui se pueden ver varias imágenes de San Ignacio actual.
De allí continuaron cauce arriba y pasaron por la cañada en donde hoy se encuentran los poblados de Terrenate y La Mesa, que entonces no existían. A su derecha fueron dejando atrás la serranía que tiene cubiertas sus faldas por murallas de piedras y escalones, restos de la entonces ya antigua cultura Trincheras que había florecido en esa región hasta mediados del siglo XV, y más allá pasaron por el cerro piramidal en cuyas faldas se encontraba un volcán de aire que Juan Mateo Manje, futuro compañero militar de viajes con Kino, describiría años después.
Después de pasar la montaña llegaron a otra aldea que bautizaron como San José de Imuris. Este nombre compuesto del nuevo asentamiento, según los habitantes actuales de Imuris, debió deberse a que Kino llegó al lugar el día 19, día de San José, aunque no exista ningún documento que lo corrobore; además, del de los feroces indios Hymeris, cuya fama se remontaba a la década de 1640, medio siglo antes, cuando el colonizador Pedro de Perea había fallado en su intento para penetrar a esa región desde Banámichi, cuando ellos lo rechazaron.
Después, torcieron hacia el oriente y continuaron por el arroyo Babasaqui hasta que llegaron a inmediaciones de la actual cortina de la Presa del Comaquito, en donde dieron vuelta hacia el sur y entraron a otra cuenca, ya la del río San Miguel, y siguiéndolo, poco más allá encontraron otro asentamiento indígena, Coágibubig, donde se estableció otra de las misiones, Nuestra Señora de los Remedios.
Un día después partían nuevamente rumbo al sur siguiendo al río y así regresaron a la misión de Cósari o Dolores, según Kino mismo nos cuenta, “En todas partes recibieron con amor la palabra de Dios para el remedio de su eterna salvación. Volvimos, gracias al Señor, con bien y gustosos a Nuestra Señora de los Dolores. El padre Aguilar pasó a Cucurpe, yo empecé a catequizar la gente y a hacer bautismos de párvulos…”
Un mes después de su llegada a Dolores, Kino conmemoraría la Semana Santa en Tuape junto con los padres Aguilar de Cucurpe y Roxas de Ures, luego continuaría la tarea de construir el templo y edificios en Dolores, gracias a la ayuda que le prestaron las misiones cercanas ya establecidas. Y ya entonces, según el mismo Kino nos cuenta, le llegaban noticias de lugares aún no visitados, lugares cuyos nombres aún no fijaba en el lenguaje: “desde más adentro de El Tupo y de Tubutanzas y de otras partes pedían padres y el santo bautismo.” Así iniciaba su tarea misional y ya entonces dirigía su mirada hacia la costa del poniente.
Ese mismo día, acompañado de Aguilar y Manuel González, Visitador Jesuita de Sonora, continuaba por el mismo río San Miguel rumbo al norte, y unos 20 Km más adelante visitaba por primera vez la que sería su futura base de operaciones, la aldea indígena de Bamotze o Cosari. Ese era un lugar ideal para establecer un asentamiento. Un enorme peñasco angosta al río y forma en su parte alta una meseta de alrededor de 100 metros de altura para construir las casas de la misión; además, el angostamiento deja tanto hacia el Norte como al Sur anchos valles regados por el río y aptos para la agricultura. Kino traía la recomendación de darle a su primera misión el nombre de Dolores, según él mismo nos informa: “Por el noble cuadro de Nuestra Señora de los Dolores que hace unos meses, en mayo, con muy cristiana piedad me regaló el excelente pintor Juan Correa, nombramos patrona de este lugar a Nuestra Señora de los Dolores.”
Aqui se puede ver una imagen de Dolores actual.
Un día después, mientras que González regresaba a Oposura (hoy Moctezuma), Kino y Aguilar salían de Dolores, ahora rumbo al Oeste. Remontaron la sierra del Torreón y después de recorrer unos 40 kilómetros llegaron a la aldea indígena de Cabórica, ya sobre el río Asunción, a la que por orden del Visitador le pusieron San Ignacio.
Aqui se pueden ver varias imágenes de San Ignacio actual.
De allí continuaron cauce arriba y pasaron por la cañada en donde hoy se encuentran los poblados de Terrenate y La Mesa, que entonces no existían. A su derecha fueron dejando atrás la serranía que tiene cubiertas sus faldas por murallas de piedras y escalones, restos de la entonces ya antigua cultura Trincheras que había florecido en esa región hasta mediados del siglo XV, y más allá pasaron por el cerro piramidal en cuyas faldas se encontraba un volcán de aire que Juan Mateo Manje, futuro compañero militar de viajes con Kino, describiría años después.
Después de pasar la montaña llegaron a otra aldea que bautizaron como San José de Imuris. Este nombre compuesto del nuevo asentamiento, según los habitantes actuales de Imuris, debió deberse a que Kino llegó al lugar el día 19, día de San José, aunque no exista ningún documento que lo corrobore; además, del de los feroces indios Hymeris, cuya fama se remontaba a la década de 1640, medio siglo antes, cuando el colonizador Pedro de Perea había fallado en su intento para penetrar a esa región desde Banámichi, cuando ellos lo rechazaron.
Después, torcieron hacia el oriente y continuaron por el arroyo Babasaqui hasta que llegaron a inmediaciones de la actual cortina de la Presa del Comaquito, en donde dieron vuelta hacia el sur y entraron a otra cuenca, ya la del río San Miguel, y siguiéndolo, poco más allá encontraron otro asentamiento indígena, Coágibubig, donde se estableció otra de las misiones, Nuestra Señora de los Remedios.
El primer viaje de Kino desde Dolores a San Ignacio, Imuris y Remedios |
Un día después partían nuevamente rumbo al sur siguiendo al río y así regresaron a la misión de Cósari o Dolores, según Kino mismo nos cuenta, “En todas partes recibieron con amor la palabra de Dios para el remedio de su eterna salvación. Volvimos, gracias al Señor, con bien y gustosos a Nuestra Señora de los Dolores. El padre Aguilar pasó a Cucurpe, yo empecé a catequizar la gente y a hacer bautismos de párvulos…”
Un mes después de su llegada a Dolores, Kino conmemoraría la Semana Santa en Tuape junto con los padres Aguilar de Cucurpe y Roxas de Ures, luego continuaría la tarea de construir el templo y edificios en Dolores, gracias a la ayuda que le prestaron las misiones cercanas ya establecidas. Y ya entonces, según el mismo Kino nos cuenta, le llegaban noticias de lugares aún no visitados, lugares cuyos nombres aún no fijaba en el lenguaje: “desde más adentro de El Tupo y de Tubutanzas y de otras partes pedían padres y el santo bautismo.” Así iniciaba su tarea misional y ya entonces dirigía su mirada hacia la costa del poniente.
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