domingo, 27 de febrero de 2011

Primeros meses en la Pimería Alta y exploración de 1689

Después del primer recorrido por Dolores, San Ignacio, Imuris y Remedios en marzo de 1687, Kino regresó a su misión de Dolores en donde pasó los meses siguientes trabajando en la construcción de sus edificios misionales. Dolores, al momento de su fundación junto con sus rancherías, tenía 25 familias y 115 almas. Uno de los primeros indígenas en recibir nombre cristiano fue el jefe de Cosari o Dolores, Coxi, quien recibió el 31 de julio el nombre cristiano de Carlos en honor del rey de España, y a quien Kino con su habitual costumbre describió como jefe de todos los indígenas hasta el Golfo de California.

El padre Manuel González, Visitador Jesuita de Sonora, llegó nuevamente a Dolores en junio de 1689, y Kino lo acompañó hacia el oeste en donde recorrieron las visitas misionales ya conocidas de San Ignacio con sus alrededor de 40 familias indígenas y otras tantas en sus contornos; la de Imuris con sus alrededor de 60 familias, y luego continuaron por el Arroyo del Babasac, aunque desde aquí la ruta que siguieron varió. En vez de regresar al Río San Miguel (y volver a Remedios-Dolores) a la altura de la actual presa del Comaquito como se había hecho hasta entonces, continuaron por el cauce del arroyo que seguían hasta que llegaron a otra ranchería con más de 200 almas en la que establecieron la visita misional de Cocóspera, a la que se le dio una advocación cristiana netamente vascuence: Nuestra Señora del Pilar y Santiago. Ningún padre había entrado hasta ese lugar cuando llegaron nuestros misioneros, quienes después de su acostumbrada prédica a los indígenas regresaron sobre sus pasos a la ruta ya conocida de Remedios y Dolores.

Viaje de Kino en Enero de 1689
Ruta de los misioneros en Enero de 1689

Sin embargo, no todo era miel y dulzura durante esa época. En Remedios empezarían los rumores que intentaban menoscabar la obra del misionero, lo que obligó a Kino a ir a Bacanuche, en donde se encontraba el Teniente Francisco Pacheco Cevallos, a quien le mostró la cédula real que prohibía el trabajo de los indios en obras de españoles por un periodo de 20 años. Eso calmó los rumores, aunque fuera sólo momentáneamente.

Y aquí merece un paréntesis explicatorio. Conocemos los viajes de nuestro misionero gracias a los diarios de sus expediciones. A veces iba escribiendo consigo uno en el transcurso de algún viaje -cuadernitos de hojas dobladas por la mitad que iba llenando por ambas caras con descripciones ordenadas en las que el margen izquierdo se reservaba para la fecha-, también le pedía prestado el suyo a quien lo había acompañado, y después de cotejar ambos nos heredó las narraciones de sus viajes. Sin embargo, debió de realizar viajes de los que no quedó una descripción; por eso existen lagunas en el conocimiento de los viajes que hizo, del territorio que cubrió, de la fecha inicial en que visitó algunos de los lugares que hoy conservan recuerdo de haber sido misión o visita.

diario de Kino
El diario de Eusebio Francisco Kino


Y precisamente de esta época de inicios de su labor apostólica existe una laguna en el conocimiento de sus viajes probablemente ocasionada porque el trabajo no le dejaba tiempo para escribir un diario o porque aún no había adoptado la costumbre de registrar fielmente sus recorridos. Lo único que sabemos es que terminando 1690 llegaban cuatro nuevos misioneros a la Pimería Alta que fueron destinados a algunos lugares donde no sabemos la fecha en que fueron hollados por primera vez por pie europeo: el Padre Luis María Pinelli, destinado a San Ignacio y a sus visitas de El Tupo y Magdalena; Antonio Arias al río Altar, a Tubutama y Oquitoa; Pedro de Sandoval a la parte alta del río Altar, a Sáric y Tucubavia; y Juan del Castillejo a Cocóspera, San Lázaro y Santa María (actual Santa Cruz).

Así fue cómo, aunque no sepamos con certeza la fecha de entrada europea inicial a lugares como Magdalena, o al río Altar a Oquitoa, Tubutama o Sáric, otros como San Lázaro o Santa Cruz ya se conocían porque habían sido ranchos ganaderos de españoles desde muchos años antes.

domingo, 20 de febrero de 2011

Kino en Dolores

Kino llegaría a Cucurpe, la misión más norteña existente en aquel momento, y que se encontraba aún en la Opatería, el día 13 de marzo de 1687. El Padre José Aguilar era su misionero allí como de sus visitas, Opodepe y Tuape.

Ese mismo día, acompañado de Aguilar y Manuel González, Visitador Jesuita de Sonora, continuaba por el mismo río San Miguel rumbo al norte, y unos 20 Km más adelante visitaba por primera vez la que sería su futura base de operaciones, la aldea indígena de Bamotze o Cosari. Ese era un lugar ideal para establecer un asentamiento. Un enorme peñasco angosta al río y forma en su parte alta una meseta de alrededor de 100 metros de altura para construir las casas de la misión; además, el angostamiento deja tanto hacia el Norte como al Sur anchos valles regados por el río y aptos para la agricultura. Kino traía la recomendación de darle a su primera misión el nombre de Dolores, según él mismo nos informa: “Por el noble cuadro de Nuestra Señora de los Dolores que hace unos meses, en mayo, con muy cristiana piedad me regaló el excelente pintor Juan Correa, nombramos patrona de este lugar a Nuestra Señora de los Dolores.”

Aqui se puede ver una imagen de Dolores actual.

Un día después, mientras que González regresaba a Oposura (hoy Moctezuma), Kino y Aguilar salían de Dolores, ahora rumbo al Oeste. Remontaron la sierra del Torreón y después de recorrer unos 40 kilómetros llegaron a la aldea indígena de Cabórica, ya sobre el río Asunción, a la que por orden del Visitador le pusieron San Ignacio.

Aqui se pueden ver varias imágenes de San Ignacio actual.

De allí continuaron cauce arriba y pasaron por la cañada en donde hoy se encuentran los poblados  de Terrenate y La Mesa, que entonces no existían. A su derecha fueron dejando atrás la serranía que tiene cubiertas sus faldas por murallas de piedras y escalones, restos de la entonces ya antigua cultura Trincheras que había florecido en esa región hasta mediados del siglo XV, y más allá pasaron por el cerro piramidal en cuyas faldas se encontraba un volcán de aire que Juan Mateo Manje, futuro compañero militar de viajes con Kino,  describiría años después.

Después de pasar la montaña llegaron a otra aldea que bautizaron como San José de Imuris. Este nombre compuesto del nuevo asentamiento, según los habitantes actuales de Imuris, debió deberse a que Kino llegó al lugar el día 19, día de San José, aunque no exista ningún documento que lo corrobore; además, del de los feroces indios Hymeris, cuya fama se remontaba a la década de 1640, medio siglo antes, cuando el colonizador Pedro de Perea había fallado en su intento para penetrar a esa región desde Banámichi, cuando ellos lo rechazaron.

Después, torcieron hacia el oriente y continuaron por el arroyo Babasaqui hasta que llegaron a inmediaciones de la actual cortina de la Presa del Comaquito, en donde dieron vuelta hacia el sur y entraron a otra cuenca, ya la del río San Miguel, y siguiéndolo, poco más allá encontraron otro asentamiento indígena, Coágibubig, donde se estableció otra de las misiones, Nuestra Señora de los Remedios.

El primer viaje de Kino desde Dolores a San Ignacio, Imuris y Remedios

Un día después partían nuevamente rumbo al sur siguiendo al río y así regresaron a la misión de Cósari o Dolores, según Kino mismo nos cuenta, “En todas partes recibieron con amor la palabra de Dios para el remedio de su eterna salvación. Volvimos, gracias al Señor, con bien y gustosos a Nuestra Señora de los Dolores. El padre Aguilar pasó a Cucurpe, yo empecé a catequizar la gente y a hacer bautismos de párvulos…”

Un mes después de su llegada a Dolores, Kino conmemoraría la Semana Santa en Tuape junto con los padres Aguilar de Cucurpe y Roxas de Ures, luego continuaría la tarea de construir el templo y edificios en Dolores, gracias a la ayuda que le prestaron las misiones cercanas ya establecidas. Y ya entonces, según el mismo Kino nos cuenta, le llegaban noticias de lugares aún no visitados, lugares cuyos nombres aún no fijaba en el lenguaje: “desde más adentro de El Tupo y de Tubutanzas y de otras partes pedían padres y el santo bautismo.” Así iniciaba su tarea misional y ya entonces dirigía su mirada hacia la costa del poniente.

domingo, 13 de febrero de 2011

El Norte de Sonora a la llegada de Kino

A la llegada de Kino a la Pimería Alta, la misión más norteña en el río San Miguel era Cucurpe, establecida exactamente cuarenta años antes por el misionero Marcos del Río, y ubicada, no en la Pimería sino en la Opatería.

Mapa de la region en 1662
Mapa anónimo de 1662 de la region: En el círculo aparecen Cucurpe, Saracachi y Cosari, lo que prueba que ya eran conocidos antes de la llegada de Kino

La Opatería, o nación Sonora como fue conocida por los primeros exploradores, tenía una superficie aproximada de 42,500 kilómetros cuadrados y una población aborigen de aproximadamente 60,000 indígenas, la más numerosa de la región. Se cree que fueron descendientes de la civilización más avanzada en el mundo prehispano en la zona: la cultura Paquimé, centrada en Chihuahua, a la que emigraciones prehispanas habían llevado a desplazarse hasta el actual Sonora.

La primera entrada misional con los Opatas había ocurrido entre los Aivinos, en el valle del río Mátape, en 1622. Le seguiría la entrada a los valles de Huásabas, Oputo y Bacadéhuachi; después llegarían los misioneros al río Sonora (desde Baviácora hasta Sinoquipe y Arizpe) a mediados de ese mismo siglo, junto con la entrada al Valle de Cumpas y al de Batuc. En toda esta región vivían Opatas (en rojo en el mapa adjunto).



Otra comarca diferente era la Pimería Baja (la zona azul más sureña del mapa adjunto), unos 38 mil kilómetros cuadrados en donde vivían aproximadamente 25 mil indígenas. Los Pimas Bajos se extendían al Oeste de los Opatas desde cerca del actual Santa Ana hacia el Sur hasta el Este de Guaymas (sin incluirlo, ya que lo habitaban los Seri), y de allí al Este, hacia los límites con el actual Chihuahua, a los asentamientos de Yécora y Maicoba. Más cerca del actual Hermosillo y Ures, también dentro de la Pimería Baja, se incluían los indios de Tecoripa y Movas. Los bautizos en la Pimería Baja habían empezado en 1621 en la región de Cumuripa, en el medio río Yaqui y río Chico. Aquí debo agregar que la división entre Pimería Baja y Alta fue realizada por los misioneros únicamente por motivos administrativos. Además, hay que subrayar que ninguna de las tribus sonorenses conservaba una identidad política, sino que únicamente se distinguían por el lenguaje que hablaban.

Así fue cómo, ya a finales de la segunda mitad del siglo XVII aún quedaba por colonizar la Pimería Alta (la zona azul  más norteña del mapa adjunto) región con una superficie aproximada de 100,000 kilómetros cuadrados que se extendía de Oeste a Este desde el Golfo de California hasta el río San Pedro, y de Norte a Sur desde el río Gila hasta la cuenca del río Asunción; tenía una población de unos 30,000 indígenas que eran culturalmente inferiores a los de la Pimería Baja.  Comprendían desde los actuales Pápagos, unos 10 mil que vivían en el Desierto de Sonora, hasta los alrededor de 1,000 Pimas que vivían en el nacimiento del río Sonora, alrededor de Cananea, Mututicachi y Huachuca. Además, los Pimas que vivían al noroeste de la Opatería eran conocidos como Hymeris, unos 4,000 que eran reconocidos como feroces guerreros; ente ellos se encontraban los que vivían en el valle de Magdalena y que disfrutaban de un valle muy fértil. Además, estaban los Pimas que vivían en la parte alta del río Altar, unos 2 mil, y los Soba en la parte baja del mismo río, otros 4 mil. Simultáneamente los Sobáipuris, unos 2,500, vivían en las márgenes del San Pedro. Finalmente, unos 6,500 ocupaban la parte media del río Santa Cruz desde Tumacácori hasta la confluencia con el río Gila (actual Phoenix).

Por otro lado, y a pesar de que la creencia general de que Kino fue el primer europeo que penetró a la Pimería Alta o que él introdujo la ganadería, la realidad es que aún antes de su llegada a la región ya había ranchos ganaderos, establecidos por españoles en nuestra zona. Entre otros ejemplos, el fundado desde la época del nacimiento de Kino por Juan Mungía Villela en terrenos donde posteriormente surgiría Santa Cruz.

Esta era la Pimería a la que llegaba Kino en 1687 a trabajar como misionero, aunque a la vez a utilizarla como puente de colonización hacia Baja California y aún más allá, a la Gran China, aspiración que había conservado desde sus años de estudiante.

domingo, 6 de febrero de 2011

El fin de San Bruno, y llegada de Kino a Sonora

Y así, a pesar de que los colonos pudieron cruzar California, no lograron encontrar un puerto que sirviera de refugio para la Nao de China. Pero eso no era todo: la sequía generalizada en todo el noroeste de Nueva España había hecho estragos en las siembras y ganados. El escorbuto se extendía entre los colonos californios, matando a algunos, paralizando a otros y dejando a la mayoría enfermos. Todo eso preocupó al gobierno novohispano sobre la viabilidad de mantener a San Bruno.

Para tratar de resolver el problema, El Gral. Isidro Atondo convocó a una reunión entre los dirigentes de la colonia, solicitándoles un informe individual por escrito sobre las opciones a futuro. Y aunque los misioneros se inclinaron por conservar San Bruno, Atondo decidió que, al menos por el momento, los enfermos fueran llevados a Sonora a recuperarse y que San Bruno fuese desmantelado para esperar tiempos mejores, y el resto del material fuese llevado a Chacala, Nayarit.

San Bruno a Chacala
El 8 de mayo de 1685 se llevaba a cabo esa operación. Los enfermos, enseres y animales que pudieron llevarse, acompañando a colonos, partían de California, y San Bruno pasaba a formar parte de la memoria californiana, aunque pocos días después iniciaban la búsqueda de otra estación en California que soportase una colonia.

Kino y un grupo de soldados navegaron rumbo al noroeste, y poco después regresaban a Sonora, anclando el día 19 en la actual Bahía Kino, la que exploraron y llamaron Bahía de San Juan Bautista. Mientras, se exploraba la Isla del Tiburón, a la que llamaron Punta Tiburones porque pensaron que Tiburón formaba una bahía con tierra firme, debido a lo angosto del Canal del Infiernillo, del que no se dieron cuenta que existía. Kino y acompañantes exploraron después el estero, remontándolo, donde los indígenas les dijeron que el río de Sonora desembocaba allí cuando había crecidas. Finalmente, después de unos 50 días de espera bajo el abrigo del actual Cerro de San Nicolás, lograron zarpar para dirigirse al Yaqui, a donde llegaron el 12 de agosto.

Kino y su exploración del actual Bahia Kino
Mientras Kino hacía ésto, Atondo y Goñi se dieron a la tarea de recoger perlas en California, planeando que con su producto se pudiera sostener la colonia californiana. Sin embargo, según le confesaría Goñi al Obispo de Guadalajara, todas las perlas que lograron reunir después de semanas de búsqueda apenas llegaron a los 100 pesos, y no recogieron más porque no había.

Kino acudiría después con el Obispo de Guadalajara, Juan Garabito, abogando por la empresa califórnica, y aunque el Virrey emitió una orden de que se conservara San Bruno, ésta fue rebasada por la noticia de que los piratas amenazaban a la Nao de China desde Bahía La Navidad. Atondo, acompañado de Kino, se dirigió entonces a buscarla para protegerla, y el 2 de diciembre llegaban acompañándola al puerto de Chacala, Nayarit, de donde fueron a Acapulco. Después irían Kino y Atondo a la Cd de México, en donde continuaron abogando por la causa californiana. Sin embargo, otros sucesos vinieron a dar definitivamente al traste con ese proyecto: una indemnización a Francia y contener un levantamiento en la Tarahumara.
Este nuevo traspié no logró, sin embargo, que Kino fuera disuadido de su labor misional. El recuerdo de su experiencia entre los Seris del actual Bahía Kino le inspiró a pedir ser asignado al actual Sonora, para “después, desde acá, poder proseguir con la conquista y conversión de la California.”

El 20 de noviembre de 1686 partía finalmente Kino de la Ciudad de México. Pasó por Guadalajara, en donde consiguió de la Audiencia la exención del trabajo indígena por veinte años en las minas o haciendas, y ya en Sonora pasó por los Frailes, actual Alamos, el 13 de febrero de 1687, y dos días después por Conicari. Después llegaría a Oposura, actual Moctezuma, a conferenciar con el padre Manuel González, Visitador de Sonora, en donde estaba también el padre José Aguilar, de Cucurpe, la misión más norteña hasta entonces, quien había ido a Moctezuma a solicitar otro misionero para “entrar algo más adelante a buscar y hallar puesto a donde se hiciese otro pueblo,” y a esa región destinó González a Kino.